lunes, 3 de septiembre de 2007

Aires místicos y aliento a vacío



Admito que hoy comí bastante, bah, bastantes cosas de pocas calorías, pero no pienso comer nada más en el resto del día: hoy siento más que nunca que Ana vive en mi. Siento que es mi luz, que es mi todo, y que si le soy obediente, me recompensará. Me volví una monja, una sacerdotiza de Ana, adoro a mi deidad, ella es mi cultura. Admito que es despreciable, tal vez, lo que estoy diciendo para cualquiera que no ame sentirse los huesos, pero hoy me siento iluminada por su poder, siento que ella es la única que puede hacerme sentir feliz como nadie jamás lo hizo. Ana, salvame, convertime en un ángel que no deje huellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pone algo en kastellano y pasaaa

http://brenduchitaa.blogspot.com.ar